Nube, así te llaman, eres nube del cielo, Cuando mis ojos por la mañana despiertan. Eres nube de las aves, cuando te surcan en su vuelo. Eres nube de mis brazos, cuando en las tardes te esperan. Eres suave como mota de algodón, Y tierna como manos de diosa. Tu pecho asemeja a un almohadón Donde mi alma inquieta reposa. Eres aura húmeda de la mañana, Eres el rocío, que a mis labios enjuga. Eres el aroma fresco que me acompaña A donde quiera que mi alma llegue. Nube; añoro rozar tu piel tierna y delicada, Sentir tu aliento surcar mis oídos; Encontrar mis ojos en tu mirada Y volver a vivir lo vivido. Eres nube solitaria en medio de la noche estrellada, Eres nube pasajera junto a la aurora, Que despide; a la suave y apacible madrugada. Eres nube del amanecer que demora. Tus labios cubiertos de néctar de rosa, Sacian la sed que clama mi boca. Tus mejillas de color pomarrosa, Te llenan de alegría y de ansias locas. Eres nube que refleja la luz día, Que hacen ver tus ojos llenos de vida. E